(Publicado originalmente en mi blog Loquevoyleyendo el 11-12-08)
Que se te acumule el material sobre el que te apetece bloguear tiene sus ventajas (y algún inconveniente). La primera ventaja es que te permite ser más selectivo, eliminar algunas cosas que a bote pronto tienen su gracia, pero que pierden interés tras ese subidón inicial. Una segunda ventaja es que dado que este blog va de citas de lecturas, al ir acumulando material las citas se van relacionando unas con otras mientras esperan su turno…
Las citas de hoy salen del mismo libro de entrevistas, «Haciendo la Contra 2«, que pese a que ya han pasado unos años, encajan en el omnipresente tema: la crisis económica en la que estamos. Yo no soy economista para dilucidar si la actual crisis es coyuntural o tiene raíces que vienen de lejos. Intuyo más creíble la segunda opción. Y lo que está claro es que la economía que hoy tenemos camina con pies de barro, con pies que aplastan a mucha gente…
Ima Sanchís entrevista a Itamar Rogovsky, experto en gestión empresarial. Estamos en noviembre de 2001, y Rogovsky dice acerca de la marcha del mundo
Unos cuantos hemos montado una fiesta fastuosa en una hermosa y lujosa casa. Fuera, una multitud harapienta nos observa a través de las ventanas. Algunos intentan entrar a la fuerza, otros se sienten tan agraviados que se matan lanzándose contra los cristales.
Muy gráfico. Si Rogovsky fuera español, quizás se hubiera acordado de quienes intentan entrar en la fiesta jugándose la vida de mala manera en una patera…
Añade a lo largo de la entrevista:
Hay que entender que este sistema de competencia sólo lo practica el diez por ciento de la población mundial, los demás no juegan
Hay otra forma de definir la globalización. Vas a trabajar más, vas a ganar menos y tienes que ser feliz con eso.
La segunda entrevista que viene al caso es de Lluís Amiguet, que dialoga con Bernard Cassen, director general de Attac y Le Monde Diplomatique. Y lo que dice tiene mucho que ver con la fastuosa fiesta de Rogovsky:
la humanidad no avanza por que sea competitiva, sino porque es más solidaria con los débiles
Yo creo en un mundo en que no nos devoremos unos a otros ni compitamos hasta la victoria del más fuerte. Creo que el planeta es finito, tiene los recursos que tiene y, si no sabemos repartirlos, es la guerra, el caos y nuestro suicidio como especie. Así que o cooperamos o desaparecemos.
Estados Unidos es el país más competitivo de la Tierra, ¿no? ¡Pues tiene más de dos millones de reclusos!: en proporción, diez veces más que Francia. No tiene sanidad pública, la educación es elitista, no hay protección para el débil, y así, Estados Unidos es hoy la gran fábrica del crimen y la inseguridad de Occidente.
(la imagen que ilustra este post es de la web de Attac)